La noche pasa y se insinúa lenta mientras corre...
Comienzan a bailar temprano
Mientras el aire se va haciendo oscuro...
Les gusta inventarse nuevos besos para cada nueva velada...
De pronto casi sin mirarse, se huelen... Se sienten...
Se oyen sus alegres lamentos...
Se advierte la piel con la piel...
Mirándose a los ojos... Bailan otra pieza
Los pasos se complican en el fondo pausado...
Trasluz de cristalera...
Privacidad pletórica de abismos
De vértigos, de arrebatos...
Danza sin censura,
Sin condena...
La noche pasa...
Y Ella...
Amanece en sus brazos
Con un par de aleteos de mariposario en el vientre...
Su piel, regocijante y cálida...
Su mirada, feliz...
Y su respiración acompasada...
Percibe que han volado...
Y ya no son dos extraños...