Me apetecía tu boca,
la tuya, que es tuya y mía,
que me recorrió toda, a lo largo,
y a lo largo del día...
La urgencia de tu cuerpo
en venturosa geografía...
Tu mirada de pájaro silente
llegaba y me desvestía,
acariciabas mi cuerpo
y me arrancabas sensuales melodías...
Giros de trompos...
Embates de alegrías...
Sueltas de globos..
Brindis de pieles...