martes, 19 de julio de 2011

Domingo...


Sin decir una palabra...
En esta noche obscena
mi cuerpo susurra a su cuerpo,
en el lenguaje mudo de las provocaciones,
un antiguo ritual...
Poniendo a prueba el entendimiento...
Bailando sin control
el ardor del reconocimiento,
el resplandor del amor...
Al calor de la excitación,
yo estoy aquí,...
Sumergida en un juego de movimientos...
Atrapada en la belleza de los instintos...
Despierta...
Llevo el mundo de las tormentas en los pechos...
Mi nuca sostiene el alba y el ocaso...
Y sus brazos abarcan universos...
Sus piernas empujan el hambre carnal...
Y en una bendición inmensa de ceniza y fuego...
Penetrando el espíritu
Su tesoro brota como un manantial...